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"Hoy voy a matar a alguien", la frase del asesino de Recoleta anticipando el crimen del peluquero

Abel Guzmán contó lo que sucedería a los empleados de un supermercado cercano a la peluquería. Además, Facundo Verdini, el dueño del local, confesó que está escondido porque teme que el asesino vaya a buscarlo.

Horas antes de cometer el brutal crimen de Germán Medina en la peluquería de Recoleta, el asesino salió a comprar una gaseosa en el almacén de la zona. Allí, la cajera y los empleados del negocio, que suelen verlo a diario, se sorprendieron por su corte de pelo. Nadie lo imaginó, todos pensaron que era una broma, pero en ese momento Abel Guzmán anunció lo que estaba a punto de suceder: "Me corté porque hoy voy a matar a alguien". 

La frase provocó risas, es que era imposible pensar que se trataba de otra cosa que no fuera un chiste, pero Guzmán se marchó del lugar sin decir nada más y regresó a la peluquería. Tiempo después sacaría su arma y ante la mirada de su jefe y otros compañeros de trabajo mataría a sangre fría al colorista de 33 años.

El episodio dejó pánico y conmoción en un negocio que no volvió a abrir sus puertas. Aterrorizados, los testigos temen por su vida ya que el asesino aún se encuentra prófugo. "No quiero salir a ningún lado", confesó a Telefe Noticias Facundo Verdini, el dueño de la peluquería, todavía en shock por todo lo vivido.  

El hombre que aparece en el video vestido de negro, con lentes y zapatillas blancas, relató lo que vivió en aquel instante de locura: "Antes de disparar, Abel nos dejó encerrados. Yo temí que fuera por nosotros también. Pensé que me iba a disparar a mí también", dijo y añadió que trató de controlar al agresor: "Yo me paré para pedirle que fuéramos a hablar tranquilos a la oficina, ahí pensé que me iba a pegar un tiro a mí".

Guzmán, no accedió y se puso violento: "Me dijo: 'Vos sentate'. Y a Noelia (otra empleada) le dijo: 'No grites que le voy a volar la cabeza a todos'". Luego, Verdini aclaró que no había sucedido "nada tan grave" como para que las diferencias entre los empleados pudieran "llegar a ese extremo". "No sé qué le pasó por la cabeza", completó.

Al describir a su empleado, indicó que "era una persona a la que a veces le podías hablar". Y al referirse a la interna entre Guzmán y Medina, expresó: "No se llevaban bien en el día a día. Pero no hubo nada tan grave como para llegar a ese extremo".

Por último confesó que está muy asustado porque Guzmán está prófugo: "Yo no quiero salir a ningún lado. No estoy ni siquiera en mi casa, estamos escondidos, tengo pánico. Así deben estar los otros chicos. Nadie está acostumbrado a ver algo así".

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