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Tucumán: le pagan el sueldo a las mujeres, porque los hombres se lo gastan en asado y alcohol

La obra está terminada, pero -desde aquella vez- quedó establecida esa forma de pago en la comuna a quienes trabajan por jornal y cobran en forma semanal.

En un pueblo tucumano llamado Rumi Punco, fueron protagonistas de algo inusual y que debiera ser un ejemplo a seguir.

Sucede que los empleados de la comuna rural que trabajaban en las obras, cuando se estaba edificando el centro integral comunitario cumplían sus labores de lunes a viernes durante ocho horas como marca la ley. Sin embargo, los viernes de cada semana, como era el día de pago, los obreros comenzaban la jornada de trabajo a las seis; al amanecer. La idea era terminar a las 14, apagar las máquinas, guardar las herramientas y prender el fuego para el asado.

Después del asado seguían los brindis, las risas, otro brindis, más bromas, y más brindis. La tarde caía en el pueblo que tiene los cerros tan cerca que se sienten como al alcance de las manos. No había merienda. Los hombres no la necesitaban. Seguían brindando. Con tanto alcohol se olvidaban de todo alrededor. Ellos vivían su propia fiesta con asado, cerveza, vino, sangría y fernet.

Para darle un poco de emoción a la tarde empezaban a timbear, como lo cuentan ellos mismos. Jugaban a las cartas por plata.

En medio de la semana comenzaba otro problema, porque quienes habían perdido en el asado del viernes no tenían cómo pagar las deudas en el almacén, en la verdulería, en la librería. Hasta ese momento todos sabían del asado, pero nadie podía dimensionar la gravedad del caso. Los comerciantes le reclamaban al delegado comunal por el retraso en el pago.

Lo más trascendental del cambio de costumbres fue que Rodríguez decidió también que, en adelante, iban a cobrar las mujeres (las esposas de los empleados). De ese modo terminó con el asado de los viernes en Rumi Punco. Mientras se construyó el edificio del Centro Integral Comunitario las mujeres llegaban puntualmente los martes para cobrar el sueldo de sus maridos.

La obra está terminada, pero -desde aquella vez- quedó establecida esa forma de pago en la comuna a quienes trabajan por jornal y cobran en forma semanal.

Fuente: La Gaceta

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