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Contratado por un día: Roberto Funes Ugarte se prueba como vidriero

El cronista de Telefe Noticias se convirtió en obrero de la cooperativa El Progreso, en Ezpeleta, donde fabrican vasos, copas, floreros y jarras.

Fueron los egipcios los que lo descubrieron. Y cinco mil años después lo seguimos usando a diario en sus más diversas formas. Se trata del vidrio, un material que se encuentra en la naturaleza pero que, para su uso industrial, es fabricado por el hombre. En nuestro país, su producción genera 14 mil puestos de trabajo.

Y para vivir por dentro como es ese mundo tan particular, en una nueva entrega de Contratado por un día Roberto Funes Ugarte se convirtió en obrero de la cooperativa El Progreso, en Ezpeleta, donde fabrican vasos, copas, floreros y jarras.

Para obtener el vidrio se usan muchos componentes, pero el principal es la arena, que, mezclada con carbonato de sodio, se funde a 1500 grados de temperatura y luego, líquida, se la usa para moldear distintos objetos.

En la cooperativa El Progreso el mecanismo de fabricación sigue siendo completamente ancestral. Con una caña retiran vidrio líquido del horno, luego lo colocan dentro de un molde y empiezan a darle forma y volumen soplando con la fuerza de sus pulmones.

Es un trabajo riesgoso –estás expuestos a cortes, quemaduras y la inhalación de sustancias tóxicas- pero también complejo. Lleva meses adquirir la habilidad necesaria para que los vasos y las copas salgan a la perfección.

El Sindicato Obrero de la Industria del Vidrio es el más importante del sector y es donde están registrados el 70% de los trabajadores, que cobran un sueldo promedio de 40 mil pesos y, si están en el área de composición, se jubilan a los 50 años, porque se la considera una actividad insalubre.

En todo el país hay apenas 15 fábricas de vidrio –el 80% están radicada en la provincia de Buenos Aires- pero son suficientes para abastecer al 90% de los requerimientos del mercado interno.

Se dividen según el tipo de vidrio que producen. Hay cuatro tipos: el hueco, que se usa para hacer envases para alimentos y vajilla; el plano, que se utiliza para ventanas, puertas y mesas; el neutro, destinado a la industria farmacéutica; y el llamado lana de vidrio, que se emplea en la construcción.

El de los vidrieros es un trabajo duro, difícil y sacrificado. No es, como pregona el dicho, “soplar y hacer botellas”. Todo lo contrario.

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