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Contratado por un día: Roberto Funes Ugarte se va a la playa y se prueba como carpero

El trabajo arranca a las 8 de la mañana, cuando hay que rastrillar la arena para retirar los restos de basura –se encuentran desde colillas de cigarrillos hasta botellas de todo tipo- que quedan de la jornada anterior.

Que el agua caliente del termo. Que la arena de la reposera. Que la sombrilla al lado del agua. Que los restos de comida sobre la arena. Que algo que se perdió. Ellos están a todo ritmo. No paran. Mientras a su alrededor la gente descansa y disfruta de la playa, los carperos trabajan más que nunca. Y en una nueva entrega de Contratado por un día, Roberto Funes Ugarte lo comprobó en carne propia.

Como parte del staff del balneario Princesa del Mar, en Punta Mogotes, vivió lo estresante que suele ser asistir a los turistas que no solo se relajan, toman sol y disfrutan del mar y de la arena. También exigen. Y mucho.

El trabajo arranca a las 8 de la mañana, cuando hay que rastrillar la arena para retirar los restos de basura –se encuentran desde colillas de cigarrillos hasta botellas de todo tipo- que quedan de la jornada anterior.

Lo que sigue es la recepción de los turistas, a quienes hay que acompañar hasta la carpa y limpiarles con un cepillo las reposeras, la mesa y las sillas. Todo con mucha dedicación y los mejores modales.

Y después deben mantenerse siempre alertas, atentos a los pedidos de los clientes. Los más comunes son tener que llenarles el termo con agua calientes, instalarles la sombrilla y la reposera en la orilla del mar o tener que limpiar algo.

Aunque no lo parezca es un trabajo exigente. Son muchas horas –están de 8 a 20- bajo el rayo del sol y casi todo el tiempo de pie. Todo a cambio de un sueldo mensual de 30 mil pesos, pero que se duplica con las propinas.

En un ámbito en el que predomina la informalidad, algunos de los carperos están afiliados al Sindicato Unico de Guardavidas y afines de la República Argentina. Y la mayoría son estudiantes que aprovechan las vacaciones para tener un ingreso extra. Lo que se dice “hacerse el verano”.

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