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Cortémosla: El Trinche está harto de los que se reservan un lugar para estacionar

Trinche está indignado con los que se aseguran estacionar en su puerta de su casa sin tener un garaje que lo permita.

Estacionar en la ciudad es una de las complicaciones cotidianas más difíciles de resolver. Se pasa el tiempo y uno sigue dando vueltas para conseguir ese lugarcito salvador.

Hay pocos lugares disponibles y, si a eso le sumamos los que se reservan el frente de su domicilio o comercio arbitrariamente, todo empeora.

Los carteles de prohibido estacionar aparecen en las entradas de autos donde se los guarda, pero ¿qué pasa con aquellos que no tienen subida de auto y se atribuyen ese derecho? ¿O que ni siquiera tienen un lugar disponible para que ingrese un auto?

Trinche está indignado con los que se aseguran estacionar en su puerta sin tener un garaje que lo permita.

La creatividad puesta a disposición para complicarle la vida al otro es un tema que genera bronca y enojo. Cortémosla con la pintura amarilla, el pallet y los carteles de prohibido estacionar.

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