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"El amor de mi vida": historias de quienes consideran a sus perros su mejor compañía

Toda una vida compartida, miles de cosas vividas y una lealtad comprobada. Pasaron muchas relaciones, pero ellos siempre inseparables. Increíbles historias de quienes consideran a sus perros el amor de su vida.

El vínculo entre los perros y las personas es muchas veces inexplicable, atraviesa a quienes tienen o tuvieron perro e incluso a quienes no.

Pasa en todos lados, en todo el mundo, en todas las clases sociales, no importa a qué se dediquen sus dueños ni la edad que tengan, hay algo que sucede en esas relaciones que va, en muchos casos, más allá de tener a “la mascota de la casa”.

Para poder conocer y entender cómo es que surgen estos vínculos tan especiales, hablamos con Dolores, Gabriel, Florencia y Fernanda.

Dolores tiene 22 años, a sus 9 le regalaron a una caniche a quien nombró Lila que hoy tiene casi 14 años. En julio del año pasado Dolores tuvo un accidente de tránsito por el que estuvo internada dos meses en terapia en el Hospital el Cruce; gracias a un programa llamado “cuidados humanizados” pudo su perrita ir a visitarla y hoy la acompaña día a día en su rehabilitación.

Gabriel hace años se dedica a las antigüedades, tiene anticuarios, y uno de ellos hace un tiempo decidió transformarlo en restaurant. Además de su pasión por las obras tiene otra que son los perros, a donde vaya sus perros lo acompañan, y así es como si hoy uno quiere ir a comer a su negocio puede verlos deambular entre las mesas. Uno de sus fieles acompañantes es Makhe, a quien tiene hace diez años.

Florencia es la dueña de Jacko. Se conocieron en septiembre del 2017, ella estaba en el auto con su novio de ese momento y se cruzaron en Acceso Oeste a un perro corriendo a toda marcha en contra mano, sin dudarlo frenaron y lo llevaron con ellos. A los pocos meses decidieron separarse y ella se mudó a un nuevo departamento con el perro y arrancaron juntos una nueva vida. Ese cambio le costó mucho, estaba deprimida y fue su nuevo perro quien la impulsó a no quedarse quieta, a salir adelante, ella dice que la salvó.

Por último, Fernanda es la humana de Benjamina, que llegó a su vida porque diez años atrás la fue a buscar a un criadero para que sea la perra de compañía de su hermano que estaba con un tumor cerebral, a los pocos meses su hermano murió y ella quedó con la perra y asume que con una depresión bastante grande.

Con el tiempo decidió sumarse como voluntaria a una fundación que entrena perros, y todo el curso lo hizo con Benjamina, trabajaron juntas durante diez años y recién en octubre del año pasado la perra “se jubiló”.

Fernanda dice que con ella pudo hacer por lo demás, lo que no pudo hacer por su hermano, y que sin lugar a dudas Benjamina la ayudó a salir adelante.

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