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"Piletas de la muerte”: ¿qué son y por qué son tan peligrosas las tosqueras?
Se encuentran en las cercanías de barrios humildes del conurbano, pueden tener hasta 25 metros de profundidad y cada año se incrementa el número de víctimas fatales.
La imagen se repite por distintos municipios del gran Buenos Aires. Grandes espejos de agua cristalina aparentemente calma, junto a barrios humildes donde abunda la necesidad y la precariedad estructural. Estos oasis escondidos en las profundidades del conurbano bonaerense se transforman en una peligrosa tentación para quienes buscan refrescarse o pasar un momento al aire libre.
Resulta que estos atractivos paisajes no son obra de la naturaleza sino que son las consecuencias de la actividad minera y que con el paso de los años toma esta fisonomía. Las empresas que realizan estos pozos de gran profundidad buscan extraer tosca, un tipo de tierra de gran dureza que se utiliza para construir autopistas y grandes edificios. Estos emprendimientos, están regulados dentro de la actividad minera y solo puede realizarse en zonas rurales, pero el avance de la urbanización las dejó a metros de las viviendas.
Una vez extraída toda la tosca si estos grandes cráteres quedan en descubierto se inundan y se forman espejos de agua. Su profundidad, que puede llegar a los 25 metros; los canales internos que generan remolinos, su vegetación y su forma de precipicio que dificulta la salida, son los principales riesgos.
En Pontevedra, Merlo, donde el fin de semana pasado Owen de 7 años y su padrastro perdieron la vida en una tosquera, las historias trágicas se repiten. Es que allí los barrios están rodeados de estas cavas abandonadas. Hace exactamente 7 años, la misma edad que tenía Owen, en esa misma tosquera falleció Lautaro Aguirre Mora. Desde ese momento, su madre viene reclamando soluciones para evitar futuras muertes, pero la tosquera sigue abierta y al alcance de los chicos.
El barrio nueva vida, se encuentra entre dos toqueras. Quienes se criaron allí, reconocen que a escondidas de sus padres se han metido en las tosqueras. Todos tienen historias de fallecidos, rescatados y de los que se salvaron de milagro. Los padres tratan de explicarle a sus hijos y enseñarles a nadar, temen que más allá de la precaución la tentación sea más grande o que accidentalmente caiga en la trampa mortal.
Como en Pontevedra, hay otras tosqueras que acumulan historias trágicas, denuncias y causas judiciales iniciadas por las familias de las víctimas. En Florencio Varela en la tosquera de Scarpatto se contabilizaron 30 fallecidos por ahogamiento. Las familias de las víctimas denuncian que esa tosquera nunca debió ser habilitada, ya que esas tierras estarían destinadas a viviendas sociales y que en esa época ya era una zona urbana.
La ley 24585 que regula la actividad minera, prevé que las empresas que explotan estas áreas deben hacerse cargo de la rehabilitación de estos espacios ante el daño ambiental que se genere y prevé sanciones administrativas y penales para quienes no cumplan con dichas normas.
Actualmente hay al menos 36 cavas inundadas y 69 tosqueras activas en la provincia de Buenos Aires. Si no reciben el tratamiento adecuado podrían transformarse en más de estos peligrosos espejos de agua.
La madre de una de las víctimas define a las tosqueras como el lugar donde vacacionan los pobres. No es un problema nuevo, pero sigue causando víctimas fatales y las familias esperan soluciones para no seguir llorando a nuevas víctimas.