X
Aviso de cookies

Usamos cookies para personalizar tu experiencia y los anuncios que ves en éste website y en otros. Para obtener más información o cambiar los ajustes, haz click aquí. Siempre puedes cambiar la preferencia visitando la sección de Configuración de cookies al final de la página.

This browser does not support the video element.

"Yo, la mal aprendida": empezó a robar como un juego y terminó presa

Daiana Castillo tiene 27 años y está detenida por robo agravado. No te pierdas una nueva confesión con Mauro Szeta.

Daiana Castillo tiene 27 años y vivió toda su vida en un barrio modesto de Florencio Varela, donde fue educada bajo el ala de una familia trabajadora. Sin embargo, ella y sus hermanos empezaron a robar por gusto, sin ningún tipo de necesidad.

Todo empezó cuando tenía 16 años y se compró un arma en la villa para perpetrar un robo en un almacén. "A mí me gustaba la plata y me gustaba ir a donde estaba la plata", dice, en una nueva confesión con Mauro Szeta.

La banda que integraba llegó a tener más de 16 personas de las cuales quedaron cinco. Ella era la persona que manejaba el auto y muchas veces las persecuciones con la policía terminaban a los tiros. Pero lejos de alejarla del delito, la acercaban más. “Era adrenalina pura”, dice, sobre la sensación que le provocaba estar siempre al límite.

Cuenta que nunca lastimó a nadie, pero sí que redujo a varias personas. Recuerda que una sola vez le dio varios “fierrazos” a uno, que, dice, se había querido hacer el justiciero y estaba su amigo en peligro.

Daiana jugaba con su lado femenino, lo hacía para seducir al personal de seguridad de las garitas, para distraerlos mientras llegaban sus cómplices. "A medida que vez la plata, deja de ser difícil salir a robar", dice ahora.

Entre los robos apareció la droga y con la droga, la violencia. “Yo era muy violenta, acá en la cárcel aprendí a ser mamá”, dice ahora, mientras cumple condena por robo agravado.

Pero hubo un momento en que Daiana trató de cambiar. Empezó a trabajar como telefonista y fue chofer de remises. Pero, más tarde, se volvió a desviar de rumbo. Dice que la perfeccionó en la delincuencia fue trabajar como "busca" en la calle. Y asegura: "Cuando empecé a trabajar como busca, empecé a conocer mucha gente que hacía ese laburo como pantalla para salir a robar".

Ir a la nota original