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“Yo tiré gente del tren para robarle”: la confesión de un delito terrible

El terror tiene nombre y apellido. Un nuevo escalofriante testimonio de Mauro Szeta.

Alejandro tiene 35 años y su incursión al mundo de la delincuencia empezó a los 10 años, cuando tras escaparse de su casa porque su padre golpeaba a su mamá, a él y a sus hermanos, se fue a vivir a la calle y comenzó a robar y a drogarse.

Así vivió en los vagones de un tren. En una nueva confesión con Mauro Szeta cuenta que llegó a tirar gente para quitarse sus pertenencias. Era el año 1995 y como no había celulares, Alejandro robaba billeteras, carteras y bolsos. Dice que no sabe si lastimó o mató a alguien, aunque no siente remordimiento por ello.

De lo que sí se arrepiente es de otros delitos. Como el que cometió en una oportunidad en la que estuvo detenido y mató a otro preso para defenderse de lo que dice, podría haber llegado a ser una violación.

Uno de los últimos robos lo perpetró en el año 2015, cuando asaltó a un traficante de armas, hecho por el que se encuentra actualmente detenido. Tras robarle tres millones de pesos, una gran cantidad de droga y armas se dio a su fuga, pero al ser interceptado por la policía, chocó con su auto y fue detenido. Ahora cumple condena por “robo calificado por empleo de arma y portación ilegal de arma de guerra”.

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