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Le diagnosticaron una gripe, pero tenía meningitis: le tuvieron que amputar los brazos y las piernas

A pesar de la dureza de su situación, Morana no pierde la ilusión por vivir y ha iniciado una campaña para poderse financiar unas prótesis que le hagan su día a día más llevadero.

La vida puso a prueba a Davide Morana, un joven italiano de 24 años que lleva tres en España y que hace pocos meses perdió sus brazos y piernas por culpa de una meningitis.

A pesar de la dureza de su situación, Morana no pierde la ilusión por vivir y ha iniciado una campaña para poderse financiar unas prótesis que le hagan su día a día más llevadero.

Davide era un joven como cualquier otro hasta hace apenas cuatro meses. Con 24 años (y tres viviendo en Murcia), trabajaba, estudiaba y practicaba deporte. Incluso se “preparaba para una triatlón”. Hasta que un día a principios de enero su vida cambió. Empezó con un malestar y fiebre que en el hospital inicialmente atribuyeron a una gripe fuerte y en pocas horas resultó ser una meningitis por la que acabó ingresado con riesgo de morir por un fallo multiorgánico.

Lo que inicialmente creían que era una gripe en pocas horas se tradujo en un fallo multiorgánico. Finalmente esquivó la muerte pero le tuvieron que amputar los dos brazos y piernas a causa de un sepsis meningocócica. Y a pesar de la dureza del diagnóstico y resultado final cuentan que Davide jamás perdió el buen humor ni las ganas de seguir adelante. El joven explica su experiencia en una web con la que busca recaudar fondos para conseguir unas prótesis para piernas y brazos.

Sorprende la entereza con la que este joven ha aceptado su nueva vida, tan diferente a la de hace apenas cinco meses. Tras 87 días internado (y una semana en coma) actualmente se desplaza en silla de ruedas y rodeado de sus seres queridos: sus padres (que vinieron de Italia) y de su pareja. Ellos y sus amigos ayudan a Davide a difundir su historia con la finalidad de conseguir las adaptaciones necesarias para poder llevar una vida autónoma lo más parecida a la que vivía antes.

La Seguridad Social le proporciona una prótesis básicas pero un tanto anticuadas ya que el catálogo protésico español no se actualiza desde hace casi 20 años. Por eso ha dado a conocer su historia a través de las redes para poder adquirir adaptaciones más adecuadas. “Una mano biónica cuesta casi 50.000 euros”, explica el joven.

Las donaciones han empezado a llegar y Davide está impresionado con la solidaridad con la que espera poder retomar su nueva vida. “Estoy deseando ponerme de pie y alcanzar mis objetivos”.

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