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Pequeños grandes sueños: Adriana y una vida de pasión por la naturaleza

Bióloga y guardaparque, dejó su Curuzú Cuatiá natal para mudarse a Ushuaia para investigar y proteger el medio ambiente.

Adriana Vallejos tiene 30 años y nació en Curuzú Cuatiá, una ciudad correntina con atractivos naturales que la deslumbraron de chiquita.

Sus padres le inculcaron el cuidado del medio ambiente y la incentivaros a explorarlo. Adriana la pasaba muy bien en los arroyos y los campamentos. 

Su papá le enseñó a devolver los peces su mamá, a cuidar de los pájaros.

Enamorada de su entorno, y apasionada por estudiar a los seres vivos, eligió la carrera de Biología y después se formó como guardaparque.

El estudio del lobito de río (una variedad de nutria) la inspiró para desarrollar su tesis de graduación en Ciencias Biológicas por la Universidad del Nordeste (UNNE). Una fundación inglesa financió su investigación, que incluyó recorridos en bote por el río Paraná y a pie por bosques frondosos y caminos escarpados.

Cómo guardaparque, además, contribuyó al cuidado de esa especie correntina protegida. Su trabajo en defensa de la naturaleza fue distinguido por la Fundación Museo de La Plata.

Adriana cumplió su sueño. Al desempeñarse como Bióloga y guardaparque combinó sus dos pasiones: conocer a los seres vivos, y proteger la naturaleza estando en el territorio.

Ahora va por más. Se mudó a Ushuaia y, cómo parte de su doctorado en Biología, investiga al visón americano, una especie invasora, introducida en la Patagonia argentina.

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